La mente humana escolarizada (normalizada) bajo los preceptos del constructivismo se agota en la repetición “significativa” de los contenidos, pero no avanza hacia el desarrollo de la conciencia, es decir hacia la desestructuración de la realidad social en la que vive.
Otro de los constructos que se han desarrollado desde los “Think Tank” del capitalismo para “impulsar” la investigación en las ciencias es el planteamiento “interdisciplinario”, cuyo origen en las interpretaciones de Jean Piaget al respecto en los años 70’s del siglo XX nos indican claramente la carga ideológica del mismo.
El origen de la concepción interdisciplinaria, como propuesta metodológica, es producto de la psicología Evolutiva de Jean Piaget y los planteamientos políticos de la OCDE, tras el convulso año de 1968 (Follari, 1982). Piaget es un autor que no comparte el origen cultural del conocimiento, ni su desarrollo social, por lo que sus premisas contradicen los principios teóricos y epistemológicos en los que se fundamenta nuestra investigación.
“La interdisciplinariedad no es, pues, el hecho de que los elementos de una disciplina sirva como “ciencia auxiliar” de otra, por ejemplo la estadística a la sociología, intercambio conceptual que por cierto es muy anterior a la idea de interdisciplina. Tampoco al acercamiento que se da entre dos disciplinas muy cercabas entre sí, cuyos límites formales no pueden ser absolutos (ej., físico-química, biofísica). Se trata en cambio de la interrelación orgánica). Se trata en cambio de la interrelación orgánica de los conceptos de diversas disciplinas hasta el punto de constituir una especie de “nueva unidad” que subsume aun un nivel superior las aportaciones de cada una de las disciplinas particulares. (Follari, 1982)
La interpretación interdisciplinaria pondera la condición conceptual de la interacción de los planteamientos teóricos y no su interacción con el campo de conocimiento en función de los paradigmas que desde cada una de las ciencias abordan al objeto de estudio.
La concepción “evolutiva” de los planteamientos de Jean Piaget durante décadas (principalmente los 70’s y 80’s del siglo pasado) cultivaron las mentes de muchos intelectuales socialistas, es de entenderse, si consideramos que los planteamientos de Piaget parten de reconocer el origen biológico del conocimiento y sus raíces “materiales” en las etapas de maduración del ser humano, así como los procesos de adaptación del mismo al ambiente.
Todos estos constructos conceptuales, acuñados a bajo preceptos ideológicos y soportados en una enorme campaña mediática; legitimados por instituciones educativas y de investigación y reconocidas personalidades de la ciencia son una bomba contra el pensamiento crítico; son en los hechos parte de la ofensiva permanente en contra de todo lo que sea una interpretación distinta de la realidad.
El pensamiento comunista ha sido retirado de los espacios educativos (universidades y centro de investigación) esta “limpia” se dio al amparo de la derrota del “socialismo” con la caída de URSS en 1991. La ofensiva contra el pensamiento crítico fue brutal, en al caso de América Latina la presencia absoluta que tuvo el neoliberalismo en la década de 1990 en prácticamente todos los estados nacionales estanco el proceso de transformación de la región.
En Europa, el neoliberalismo se sumó al discursos de simulación (desarrollo sustentable, planificación estratégica y territorial, entre otros), desmantelando al mismo tiempo al movimiento obrero europeo y poniendo de moda las “rebeldías” individuales y los genios deslumbrantes.
La praxis revolucionaria (la relación entre la teoría y la práctica), requiere que se presente un permanente análisis de las condiciones en las que se desenvuelve la lucha social, dicha interacción no puede ser neutral o basada en preconcepciones del entorno porque ello haría que se cayera en el extremo del triunfalismo o el derrotismo.
En las condiciones actuales en las que a toda costa los dueños del capital buscan desmantelar toda iniciativa obrera y sindical, acuñando condiciones y conceptos que van en contra del proletariado (el planteamiento de la “flexiguridad”, en la Unión Europea es un ejemplo), lo que se hace imperativo desarrollar una interpretación materialista de las condiciones en que vive y se desarrollan las fuerzas productivas.
La praxis revolucionaria no es ajena a la interpretación que hacemos del mundo, a la forma en la concebimos el mundo, de ahí el valor que tiene la cultura la echar a andar proceso de trasformación del entorno en que vivimos.
Si en algo fracaso el movimiento comunista mundial de siglo XX fue en desarrollar una propuesta cultural, la generación que podría haberlo hecho “la inteligencia” Rusa fue asesinada en la primera etapa de la revolución comunista de octubre. Otros como Gramsci y Rosa Luxemburgo murieron a manos del Nascismo y el Fascismo. Las mejores mentes de la generación de los 30’s del siglo XX sucumbieron, el gran movimiento cultural revolucionario fue sustituido por el burocratismo y los preceptos conductistas y behavoristas.
Gramsci consideraba a la cultura como un aspecto crucial en el desarrollo del comunismo, reclamaba un papel más activo ante los procesos que permiten el desarrollo del pensamiento (lectura y escritura); al tiempo que condenaba una cultura de contemplación y lucimiento personal.
“Hay que perder la costumbre y dejar de concebir la cultura como saber enciclopédico en el cual el hombre no se contempla más que bajo la forma de un recipiente que hay que rellenar y apuntalar con datos empíricos, con hechos en bruto e inconexos que el tendrá luego que encasillarse en el cerebro con las columnas de un diccionario para poder contestar, en cada ocasión a los estímulos varios del mundo externo. Esa forma de cultura es verdaderamente dañina especialmente para el proletariado sólo sirve para producir desorientados, gente que se cree superior al resto de la humanidad por que ha amontonado en la memoria cierta cantidad de datos y fechas que desgranan en cada ocasión para levantar una barrera entre si mismo y los demás.” (Gramsci, 1916)
La transformación de la nuestro entorno para por la transformación de la s relaciones que median con ese entorno, es decir con la modificación de nuestra conducta basada en signos y significados culturales.
“La cultura es cosa muy distinta. Es organización, disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propio, conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y deberes. Pero todo eso no puede ocurrir por evolución espontánea, por acciones y reacciones independientes de la voluntad de cada cual como ocurre en la naturaleza vegetal y animal ..El hombre es sobre todo espíritu, o sea, creación histórica y no naturaleza.” (Gramsci, 1916)
¿Qué implicaciones tiene el lenguaje en las formas de organización de la sociedad? El uso de herramientas permite incorporar formas de organización social cada vez más complejas a lo largo de la historia; incorporación que no se realiza por mera transmisión de conocimientos, toda vez conlleva necesariamente pasos intermedios entre los cuales la compresión es un aspecto importante a tomar en cuenta.
Si existe una habilidad universal en el ser humano es el uso de herramientas. La socialización de esta habilidad y la consecuencia de su uso ha sido el objeto de estudio de la sociología, la cual se ha mantenido en el análisis macro de las condiciones sociales que permiten el uso de herramientas en los sistemas sociales. La síntesis del conocimiento sociológico podemos situarla en los estudios en comunicación de Habermass (1998) y Niklas Luhmann (1996); ambos alcanzan a describir la importancia que el lenguaje tiene en la organización de las sociedades complejas, pero no llegan en interpretar la génesis de su desarrollo.
Al reconocer que la organización de la sociedad, y por tanto su desarrollo, pasa por el lenguaje, concibo indispensable incorporar el estudio de L.S. Vygotsky en torno al papel que el pensamiento y el lenguaje juegan en el desarrollo de la conciencia humana. Vygotsky (1972) en su libro: “Los procesos psicológicos superiores” se pregunta -al modificar el cuestionamiento de Federico Engels (1976) en torno al papel del trabajo en la transformación del mono en hombre- ¿qué hizo del trabajo la principal actividad que guía la transformación del mono en hombre? Respondiendo que es el lenguaje como herramienta, que media y guía la actividad humana, lo que hace del trabajo la principal herramienta en el desarrollo humano; otorgando un papel central dentro del lenguaje a las unidades conceptuales que conocemos como conceptos abstractos y/o abstracciones: en lo que Vygotsky denomina “Zona de desarrollo próximo”.
Además de las categorías propiamente psicopedagógicas de Vigotsky, me permito extraer de la propuesta sociocultural dos categorías para la praxis revolucionaria, la primera la “ruptura cultural” entendida esta como la modificación de los significados culturales en los que se soporta le legitimidad del oponente; y por otra parte “el análisis interparadigmático” que se refiere a la integración de paradigmas (Khun, 1976) entorno al análisis de un mismo campo de conocimiento.
La primera categoría nos permite medir que tanto impacto tienen nuestras propuestas revolucionarias en ruptura de la hegemonía ideológica capitalista y la segunda nos permite analizar desde una perspectiva totalizadora el entorno en el que se desenvuelve nuestra actividad revolucionaria.
La categorización de las actividades de la lucha social es importante porque ello permite formar a otros revolucionarios de manera más rápida y con un mayor dominio de las propuestas de lucha; lo que reditúa en un movimiento social más robusto y un cambio con un aliento cultural mayor.
Las formas de organización de la sociedad son consecuentes al paradigma que ha sido retomado por el consenso social en que se enmarca su desarrollo, expresándose al cabo de un determinado espacio de tiempo en nuevo orden institucional producto a su vez del nuevo consenso social.
El lapso que tarda en “emigrar” la teoría de la especulación a su aplicación social, depende de dos factores. El primero de ellos, es el que se expresa con los desfases que demuestren las explicaciones en las que se soportan la organización de la interacción social: en su contenido simbólico, la morfología del tejido social (familia, amistad, relaciones laborales) y orden en las condiciones de producción y del mercado. El segundo factor, tiene que ver con el consenso social entorno a la nueva explicación de la realidad, al ser retomada por los espacios de legitimación social (instituciones) en los que se soporta la interacción humana con el entorno.
La nueva explicación del mundo -fruto de la comprensión de las contradicciones interpretativas de la realidad (algunas veces)- cohabitará en la realidad social discursiva, interpretativa y representativa con otras explicaciones de la realidad; mutando, reinterpretándose e incluso fracasando. En todo caso su legitimidad y credibilidad partirá tanto de los elementos interpretativos de la teoría como de la trayectoria y actividad de los conglomerados que se soporten en su interpretación para ordenar su entorno y la actividad social.
No es la simple formula de oponer a la ideología burguesa, la ideología proletaria o a la cultura capitalista, la cultura comunista. Es una situación históricamente más compleja; el ser humano vive en la cultura como el pez vive en el agua, la cultura es el entorno conceptual en el que vivimos se hereda, no es fácil introducir en ella categorías. La hegemonía de la que goza el capitalismo y sus “valores” es producto no del retroceso de la filosofía materialista, sino de su contención al ser desplazada artificialmente de la investigación institucionalizada en los países occidentales.
Retomar la investigación en las ciencias (sociales y naturales) descubriendo y desarrollando categorías que expliquen desde el materialismo dialéctico e histórico la no solo los fenómenos sino también la génesis de los mismo es una tarea que hay que emprender si es que queremos reconstruir el movimiento comunista mundial, porque hasta ahora el movimientos altermundistas, se ha dedicado (de una manera loable) a reaccionar ante los hechos consumados que nos plantea el capitalismo, pero no se ha podido generar un coyuntura que coloque al capitalismo en una verdadera encrucijada.
Sé que es difícil doblegar a un sistema internacional (económico, político e ideológico), y no pretendo decir que con dos categorías es suficiente, en lo absoluto, pero lo más importante en la praxis revolucionaria es el método; en su desarrollo radica la posibilidad de que otros aprendan de la experiencia y podamos desarrollar nuevos propios procesos de lucha, en cada lugar y en cada circunstancia especifica.
Referencias:
FOLLARI, Roberto (1982) Interdisciplinariedad: Los avatares de la ideología, UAM-A, México.
GRAMSCI, Antonio, 1971, El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce. Ed. Visor. Buenos Aires.
GRAMSCI, Antonio (1988) Para la reforma moral e intelectual Ed. Los libros de la catarata, Madrid
Luria, A.R. (1984) Conciencia y Lenguaje, Ed. Visor; Barcelona.
HABERMAS, J. (1998). Ciencia y técnica como 'ideología'. Tecnos, España.
KUHN, Thomas S. (1976) The Structure of Scientific Revolutions. 2d ed. Chicago: University of Chicago Press. 1st ed. 1962. USA.
KUHN, Thomas S. (1977) The Essential Tension: Selected Studies in Scientific Traditionand Change. Chicago: University of Chicago Press. USA.
KUHN, Thomas S. (2000) The Road Since Structure, eds. James Conant and John Haugeland. Chicago: University of Chicago Press.USA.
VYGOTSKY, Lev S. (1999) Pensamiento y Lenguaje, Visor, España
VYGOTSKY, Lev S. Obras Escogidas, (2000) Tomo I, II, III, IV, V y VI, Visor, España
VYGOTSKY, Lev S. (2003) El desarrollo de los Procesos Psicológicos Superiores, Biblioteca de Bolsillo, España.
VYGOTSKY, Lev, S. (2004) Psicología del Arte, Paídos, España.
LUHMANN, Niklas (1996), Teoría de la sociedad y pedagogía, Barcelona: Paidós.
LUKÁCS, G. (1975) Historia y Consciencia de Clase. Grijalbo, México.
Otro de los constructos que se han desarrollado desde los “Think Tank” del capitalismo para “impulsar” la investigación en las ciencias es el planteamiento “interdisciplinario”, cuyo origen en las interpretaciones de Jean Piaget al respecto en los años 70’s del siglo XX nos indican claramente la carga ideológica del mismo.
El origen de la concepción interdisciplinaria, como propuesta metodológica, es producto de la psicología Evolutiva de Jean Piaget y los planteamientos políticos de la OCDE, tras el convulso año de 1968 (Follari, 1982). Piaget es un autor que no comparte el origen cultural del conocimiento, ni su desarrollo social, por lo que sus premisas contradicen los principios teóricos y epistemológicos en los que se fundamenta nuestra investigación.
“La interdisciplinariedad no es, pues, el hecho de que los elementos de una disciplina sirva como “ciencia auxiliar” de otra, por ejemplo la estadística a la sociología, intercambio conceptual que por cierto es muy anterior a la idea de interdisciplina. Tampoco al acercamiento que se da entre dos disciplinas muy cercabas entre sí, cuyos límites formales no pueden ser absolutos (ej., físico-química, biofísica). Se trata en cambio de la interrelación orgánica). Se trata en cambio de la interrelación orgánica de los conceptos de diversas disciplinas hasta el punto de constituir una especie de “nueva unidad” que subsume aun un nivel superior las aportaciones de cada una de las disciplinas particulares. (Follari, 1982)
La interpretación interdisciplinaria pondera la condición conceptual de la interacción de los planteamientos teóricos y no su interacción con el campo de conocimiento en función de los paradigmas que desde cada una de las ciencias abordan al objeto de estudio.
La concepción “evolutiva” de los planteamientos de Jean Piaget durante décadas (principalmente los 70’s y 80’s del siglo pasado) cultivaron las mentes de muchos intelectuales socialistas, es de entenderse, si consideramos que los planteamientos de Piaget parten de reconocer el origen biológico del conocimiento y sus raíces “materiales” en las etapas de maduración del ser humano, así como los procesos de adaptación del mismo al ambiente.
Todos estos constructos conceptuales, acuñados a bajo preceptos ideológicos y soportados en una enorme campaña mediática; legitimados por instituciones educativas y de investigación y reconocidas personalidades de la ciencia son una bomba contra el pensamiento crítico; son en los hechos parte de la ofensiva permanente en contra de todo lo que sea una interpretación distinta de la realidad.
El pensamiento comunista ha sido retirado de los espacios educativos (universidades y centro de investigación) esta “limpia” se dio al amparo de la derrota del “socialismo” con la caída de URSS en 1991. La ofensiva contra el pensamiento crítico fue brutal, en al caso de América Latina la presencia absoluta que tuvo el neoliberalismo en la década de 1990 en prácticamente todos los estados nacionales estanco el proceso de transformación de la región.
En Europa, el neoliberalismo se sumó al discursos de simulación (desarrollo sustentable, planificación estratégica y territorial, entre otros), desmantelando al mismo tiempo al movimiento obrero europeo y poniendo de moda las “rebeldías” individuales y los genios deslumbrantes.
La praxis revolucionaria (la relación entre la teoría y la práctica), requiere que se presente un permanente análisis de las condiciones en las que se desenvuelve la lucha social, dicha interacción no puede ser neutral o basada en preconcepciones del entorno porque ello haría que se cayera en el extremo del triunfalismo o el derrotismo.
En las condiciones actuales en las que a toda costa los dueños del capital buscan desmantelar toda iniciativa obrera y sindical, acuñando condiciones y conceptos que van en contra del proletariado (el planteamiento de la “flexiguridad”, en la Unión Europea es un ejemplo), lo que se hace imperativo desarrollar una interpretación materialista de las condiciones en que vive y se desarrollan las fuerzas productivas.
La praxis revolucionaria no es ajena a la interpretación que hacemos del mundo, a la forma en la concebimos el mundo, de ahí el valor que tiene la cultura la echar a andar proceso de trasformación del entorno en que vivimos.
Si en algo fracaso el movimiento comunista mundial de siglo XX fue en desarrollar una propuesta cultural, la generación que podría haberlo hecho “la inteligencia” Rusa fue asesinada en la primera etapa de la revolución comunista de octubre. Otros como Gramsci y Rosa Luxemburgo murieron a manos del Nascismo y el Fascismo. Las mejores mentes de la generación de los 30’s del siglo XX sucumbieron, el gran movimiento cultural revolucionario fue sustituido por el burocratismo y los preceptos conductistas y behavoristas.
Gramsci consideraba a la cultura como un aspecto crucial en el desarrollo del comunismo, reclamaba un papel más activo ante los procesos que permiten el desarrollo del pensamiento (lectura y escritura); al tiempo que condenaba una cultura de contemplación y lucimiento personal.
“Hay que perder la costumbre y dejar de concebir la cultura como saber enciclopédico en el cual el hombre no se contempla más que bajo la forma de un recipiente que hay que rellenar y apuntalar con datos empíricos, con hechos en bruto e inconexos que el tendrá luego que encasillarse en el cerebro con las columnas de un diccionario para poder contestar, en cada ocasión a los estímulos varios del mundo externo. Esa forma de cultura es verdaderamente dañina especialmente para el proletariado sólo sirve para producir desorientados, gente que se cree superior al resto de la humanidad por que ha amontonado en la memoria cierta cantidad de datos y fechas que desgranan en cada ocasión para levantar una barrera entre si mismo y los demás.” (Gramsci, 1916)
La transformación de la nuestro entorno para por la transformación de la s relaciones que median con ese entorno, es decir con la modificación de nuestra conducta basada en signos y significados culturales.
“La cultura es cosa muy distinta. Es organización, disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propio, conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y deberes. Pero todo eso no puede ocurrir por evolución espontánea, por acciones y reacciones independientes de la voluntad de cada cual como ocurre en la naturaleza vegetal y animal ..El hombre es sobre todo espíritu, o sea, creación histórica y no naturaleza.” (Gramsci, 1916)
¿Qué implicaciones tiene el lenguaje en las formas de organización de la sociedad? El uso de herramientas permite incorporar formas de organización social cada vez más complejas a lo largo de la historia; incorporación que no se realiza por mera transmisión de conocimientos, toda vez conlleva necesariamente pasos intermedios entre los cuales la compresión es un aspecto importante a tomar en cuenta.
Si existe una habilidad universal en el ser humano es el uso de herramientas. La socialización de esta habilidad y la consecuencia de su uso ha sido el objeto de estudio de la sociología, la cual se ha mantenido en el análisis macro de las condiciones sociales que permiten el uso de herramientas en los sistemas sociales. La síntesis del conocimiento sociológico podemos situarla en los estudios en comunicación de Habermass (1998) y Niklas Luhmann (1996); ambos alcanzan a describir la importancia que el lenguaje tiene en la organización de las sociedades complejas, pero no llegan en interpretar la génesis de su desarrollo.
Al reconocer que la organización de la sociedad, y por tanto su desarrollo, pasa por el lenguaje, concibo indispensable incorporar el estudio de L.S. Vygotsky en torno al papel que el pensamiento y el lenguaje juegan en el desarrollo de la conciencia humana. Vygotsky (1972) en su libro: “Los procesos psicológicos superiores” se pregunta -al modificar el cuestionamiento de Federico Engels (1976) en torno al papel del trabajo en la transformación del mono en hombre- ¿qué hizo del trabajo la principal actividad que guía la transformación del mono en hombre? Respondiendo que es el lenguaje como herramienta, que media y guía la actividad humana, lo que hace del trabajo la principal herramienta en el desarrollo humano; otorgando un papel central dentro del lenguaje a las unidades conceptuales que conocemos como conceptos abstractos y/o abstracciones: en lo que Vygotsky denomina “Zona de desarrollo próximo”.
Además de las categorías propiamente psicopedagógicas de Vigotsky, me permito extraer de la propuesta sociocultural dos categorías para la praxis revolucionaria, la primera la “ruptura cultural” entendida esta como la modificación de los significados culturales en los que se soporta le legitimidad del oponente; y por otra parte “el análisis interparadigmático” que se refiere a la integración de paradigmas (Khun, 1976) entorno al análisis de un mismo campo de conocimiento.
La primera categoría nos permite medir que tanto impacto tienen nuestras propuestas revolucionarias en ruptura de la hegemonía ideológica capitalista y la segunda nos permite analizar desde una perspectiva totalizadora el entorno en el que se desenvuelve nuestra actividad revolucionaria.
La categorización de las actividades de la lucha social es importante porque ello permite formar a otros revolucionarios de manera más rápida y con un mayor dominio de las propuestas de lucha; lo que reditúa en un movimiento social más robusto y un cambio con un aliento cultural mayor.
Las formas de organización de la sociedad son consecuentes al paradigma que ha sido retomado por el consenso social en que se enmarca su desarrollo, expresándose al cabo de un determinado espacio de tiempo en nuevo orden institucional producto a su vez del nuevo consenso social.
El lapso que tarda en “emigrar” la teoría de la especulación a su aplicación social, depende de dos factores. El primero de ellos, es el que se expresa con los desfases que demuestren las explicaciones en las que se soportan la organización de la interacción social: en su contenido simbólico, la morfología del tejido social (familia, amistad, relaciones laborales) y orden en las condiciones de producción y del mercado. El segundo factor, tiene que ver con el consenso social entorno a la nueva explicación de la realidad, al ser retomada por los espacios de legitimación social (instituciones) en los que se soporta la interacción humana con el entorno.
La nueva explicación del mundo -fruto de la comprensión de las contradicciones interpretativas de la realidad (algunas veces)- cohabitará en la realidad social discursiva, interpretativa y representativa con otras explicaciones de la realidad; mutando, reinterpretándose e incluso fracasando. En todo caso su legitimidad y credibilidad partirá tanto de los elementos interpretativos de la teoría como de la trayectoria y actividad de los conglomerados que se soporten en su interpretación para ordenar su entorno y la actividad social.
No es la simple formula de oponer a la ideología burguesa, la ideología proletaria o a la cultura capitalista, la cultura comunista. Es una situación históricamente más compleja; el ser humano vive en la cultura como el pez vive en el agua, la cultura es el entorno conceptual en el que vivimos se hereda, no es fácil introducir en ella categorías. La hegemonía de la que goza el capitalismo y sus “valores” es producto no del retroceso de la filosofía materialista, sino de su contención al ser desplazada artificialmente de la investigación institucionalizada en los países occidentales.
Retomar la investigación en las ciencias (sociales y naturales) descubriendo y desarrollando categorías que expliquen desde el materialismo dialéctico e histórico la no solo los fenómenos sino también la génesis de los mismo es una tarea que hay que emprender si es que queremos reconstruir el movimiento comunista mundial, porque hasta ahora el movimientos altermundistas, se ha dedicado (de una manera loable) a reaccionar ante los hechos consumados que nos plantea el capitalismo, pero no se ha podido generar un coyuntura que coloque al capitalismo en una verdadera encrucijada.
Sé que es difícil doblegar a un sistema internacional (económico, político e ideológico), y no pretendo decir que con dos categorías es suficiente, en lo absoluto, pero lo más importante en la praxis revolucionaria es el método; en su desarrollo radica la posibilidad de que otros aprendan de la experiencia y podamos desarrollar nuevos propios procesos de lucha, en cada lugar y en cada circunstancia especifica.
Referencias:
FOLLARI, Roberto (1982) Interdisciplinariedad: Los avatares de la ideología, UAM-A, México.
GRAMSCI, Antonio, 1971, El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce. Ed. Visor. Buenos Aires.
GRAMSCI, Antonio (1988) Para la reforma moral e intelectual Ed. Los libros de la catarata, Madrid
Luria, A.R. (1984) Conciencia y Lenguaje, Ed. Visor; Barcelona.
HABERMAS, J. (1998). Ciencia y técnica como 'ideología'. Tecnos, España.
KUHN, Thomas S. (1976) The Structure of Scientific Revolutions. 2d ed. Chicago: University of Chicago Press. 1st ed. 1962. USA.
KUHN, Thomas S. (1977) The Essential Tension: Selected Studies in Scientific Traditionand Change. Chicago: University of Chicago Press. USA.
KUHN, Thomas S. (2000) The Road Since Structure, eds. James Conant and John Haugeland. Chicago: University of Chicago Press.USA.
VYGOTSKY, Lev S. (1999) Pensamiento y Lenguaje, Visor, España
VYGOTSKY, Lev S. Obras Escogidas, (2000) Tomo I, II, III, IV, V y VI, Visor, España
VYGOTSKY, Lev S. (2003) El desarrollo de los Procesos Psicológicos Superiores, Biblioteca de Bolsillo, España.
VYGOTSKY, Lev, S. (2004) Psicología del Arte, Paídos, España.
LUHMANN, Niklas (1996), Teoría de la sociedad y pedagogía, Barcelona: Paidós.
LUKÁCS, G. (1975) Historia y Consciencia de Clase. Grijalbo, México.
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