El escritor Alemán Emil Ludwig escribió en 1945 “La Conquista Moral de Alemania”, libro en el que enfatiza las formas sutiles y dramáticas en las que se impuso el odio como forma de justificar la represión hacia todo aquel que no fuese “auténticamente Alemán” en los años previos a la II guerra mundial. Ahora esas “formas” se están reeditando en toda Europa, bajo el concepto del “ciudadano europeo”
La prensa en toda Europa esta plagada con información antiimigrante, con declaraciones a favor de la sociedad del orden y la distinción europea, cuna del refinamiento y las buenas costumbres.
Me ha tocado visitar España, Alemania, Holanda y Francia en el transcurso de la última década, por lo menos en un par de ocasiones cada lugar, e indistintamente el ambiente es de un asenso en el discurso que justifica las medidas racistas en contra de todo aquel que no sea “ciudadano europeo”.
Si en algo fracaso el Nazismo y el Fascismo en la II Guerra Mundial fue en la construcción de una identidad nacional única: Alemania, Italia, España y Japón; individualidades nacionales por la supremacía, pero ahora, al amparo de la Europa de los ciudadanos, en un clara tergiversación de los ideales de libertad de la revolución francesa, los ricos y poderosos hacen de este continente un proyecto para el racismo y la hipocresía.
Los partidos de "izquierda" europeos son una clara muestras del maniqueísmos de sus sociedades, estos partidos van al vuelo de los temas de moda en sus "pijos" electorados, una justa electoral son ambientalistas, otras son defensores del mundo homosexual, en otra se distinguen por su apoyo a las políticas de genero, son anti-guerra, etc., etc. Todo con tal de obtener el voto en procesos electorales mediáticos;… y consignas que al final, hay que decir, olvidan inmediatamente después de haber accedido al poder.
Esta "izquierda" europea, fruto de otro naufragio, el eurocomunismo, son los mismo que en América Latina apoyan iniciativas "ciudadanas" contra la pobreza, mandan médicos y sostienen medidas asistencialitas ahí donde los intereses capitalistas de sus respectivos países hacen su agosto con la necesidad de la gente y la destrucción de la infraestructura institucional de los países colonizados. Son estos mismos partidos los que desde el poder, al presentarse el menor asomo de autodeterminación de esos pueblos los que aplican medidas antiimigrantes (el caso de España hacia Bolivia por el gobierno del "socialista" Zapatero es paradigmático) y represalias contra los colectivos de migrantes en sus respectivos "paraísos" ciudadanos.
¿Pero son los partidos con su conocida hipocresía política un caso aislado en los “ciudadanos europeos”? No. El concepto mismo acuñado por la Unión Europea de ciudadano es un claro producto del diseño de un ser humano maleable por antonomasia, cuya búsqueda de consignas mediáticas asoman al sentimentalismo fruto de la compasión cristiana, en esa “filosofía” del poderoso que se compadece, es en la que se educa al ciudadano promedio en los países de Europa, no se forma a quien tiene la capacidad de ver como iguales a los miembros de otras sociedades del mundo, sino quien tiene la capacidad de ofrecer compasión al desvalido; por eso encontramos a tantos “europeos” embarcados en iniciativas de apoyo a alguna misión humanitaria en Chiapas, Oaxaca, Nueva Delhi, Kosovo, o cualquier otra región con algún nombre exótico y lejano; y entre más exótico y lejano mejor, porque de esta manera se tendrá algo de que hablar el mundo normalizado y “resuelto” en el que vive.
El caso más reciente que nos ha tocado contemplar es el de los compatriotas mexicanos expulsados de territorio español por no comprobar que cuentan con recursos para su estancia (jornada 9/06/07), pero no es una medida aislada. Los abusos de los Mossos de Escuadra (Policía de Cataluña) hacia todo aquel que por error caiga en sus manos y no sea un ciudadano europeo, denota que el fascismo esta impregnando a las instituciones de toda Europa.
En clara contradicción y como una muestra de la hipocresía Europea, las empresas de este continente están amasando enormes dividendos en las sociedades pobres de América y sus apetitos imperialistas son tan rapaces como el de los norteamericanos. ¿De qué manera hacer frente a esta sociedad de la distinción-racista? América Latina representa la principal entrada de recursos Europa a través de mano de obra barata, inversiones en banca, energéticos y en telecomunicaciones, ahí es donde debemos apuntar, a un boicot a esas empresas. Porque si algo les duele a estas sociedades es que su arrogancia comercial sea despreciada.
En América Latina solo unos pocos países (Venezuela, Argentina, Bolivia y Brasil) han tendido la capacidad de hacer frente a las condiciones del neocolonialismo comercial en nuestros países; México lamentablemente no. No hemos logrado observar que lo que esta en juego no es sólo nuestro territorio y recursos nacionales, sino lo más importante: nuestra propia concepción como país. A nuestra ceguera como mexicanos se aúna la gran división de una “izquierda” que es menos izquierda aún que la europea; a una derecha que es una caricatura nacionalista frente al fascismo y al nazismo europeo y norteamericano; y cuyo anhelo más grande es reeditar la colonización de las tierras “ociosas” impulsada por los liberales mexicanos en el siglo XIX y entregar de una vez lo que queda del país al primer extranjero que se presente.
No es exagerado decir que en Europa se siembra la semilla de la siguiente guerra mundial en la que el objetivo no será eliminar a los judíos sino eliminar a todo aquel que no sea ciudadanos en las “sociedades poderosas” un pequeño club que a través de sus políticas de distinción-racistas han amasado enormes fortunas, fruto de su despiadada historia de saqueadores.
Atrás a quedado el discurso de los años 90’s sobre los derechos humanos y la libre determinación de los pueblos, estamos en otro momento de la coyuntura armamentista de los países capitalistas preparándose para una nueva face imperialista del capitalismo en el que el discurso de la globalización da paso a una despiadada conquista de mercados y al atropello de las garantías de todos aquellos que no formen parte de este club de ciudadanos libres.
La prensa en toda Europa esta plagada con información antiimigrante, con declaraciones a favor de la sociedad del orden y la distinción europea, cuna del refinamiento y las buenas costumbres.
Me ha tocado visitar España, Alemania, Holanda y Francia en el transcurso de la última década, por lo menos en un par de ocasiones cada lugar, e indistintamente el ambiente es de un asenso en el discurso que justifica las medidas racistas en contra de todo aquel que no sea “ciudadano europeo”.
Si en algo fracaso el Nazismo y el Fascismo en la II Guerra Mundial fue en la construcción de una identidad nacional única: Alemania, Italia, España y Japón; individualidades nacionales por la supremacía, pero ahora, al amparo de la Europa de los ciudadanos, en un clara tergiversación de los ideales de libertad de la revolución francesa, los ricos y poderosos hacen de este continente un proyecto para el racismo y la hipocresía.
Los partidos de "izquierda" europeos son una clara muestras del maniqueísmos de sus sociedades, estos partidos van al vuelo de los temas de moda en sus "pijos" electorados, una justa electoral son ambientalistas, otras son defensores del mundo homosexual, en otra se distinguen por su apoyo a las políticas de genero, son anti-guerra, etc., etc. Todo con tal de obtener el voto en procesos electorales mediáticos;… y consignas que al final, hay que decir, olvidan inmediatamente después de haber accedido al poder.
Esta "izquierda" europea, fruto de otro naufragio, el eurocomunismo, son los mismo que en América Latina apoyan iniciativas "ciudadanas" contra la pobreza, mandan médicos y sostienen medidas asistencialitas ahí donde los intereses capitalistas de sus respectivos países hacen su agosto con la necesidad de la gente y la destrucción de la infraestructura institucional de los países colonizados. Son estos mismos partidos los que desde el poder, al presentarse el menor asomo de autodeterminación de esos pueblos los que aplican medidas antiimigrantes (el caso de España hacia Bolivia por el gobierno del "socialista" Zapatero es paradigmático) y represalias contra los colectivos de migrantes en sus respectivos "paraísos" ciudadanos.
¿Pero son los partidos con su conocida hipocresía política un caso aislado en los “ciudadanos europeos”? No. El concepto mismo acuñado por la Unión Europea de ciudadano es un claro producto del diseño de un ser humano maleable por antonomasia, cuya búsqueda de consignas mediáticas asoman al sentimentalismo fruto de la compasión cristiana, en esa “filosofía” del poderoso que se compadece, es en la que se educa al ciudadano promedio en los países de Europa, no se forma a quien tiene la capacidad de ver como iguales a los miembros de otras sociedades del mundo, sino quien tiene la capacidad de ofrecer compasión al desvalido; por eso encontramos a tantos “europeos” embarcados en iniciativas de apoyo a alguna misión humanitaria en Chiapas, Oaxaca, Nueva Delhi, Kosovo, o cualquier otra región con algún nombre exótico y lejano; y entre más exótico y lejano mejor, porque de esta manera se tendrá algo de que hablar el mundo normalizado y “resuelto” en el que vive.
El caso más reciente que nos ha tocado contemplar es el de los compatriotas mexicanos expulsados de territorio español por no comprobar que cuentan con recursos para su estancia (jornada 9/06/07), pero no es una medida aislada. Los abusos de los Mossos de Escuadra (Policía de Cataluña) hacia todo aquel que por error caiga en sus manos y no sea un ciudadano europeo, denota que el fascismo esta impregnando a las instituciones de toda Europa.
En clara contradicción y como una muestra de la hipocresía Europea, las empresas de este continente están amasando enormes dividendos en las sociedades pobres de América y sus apetitos imperialistas son tan rapaces como el de los norteamericanos. ¿De qué manera hacer frente a esta sociedad de la distinción-racista? América Latina representa la principal entrada de recursos Europa a través de mano de obra barata, inversiones en banca, energéticos y en telecomunicaciones, ahí es donde debemos apuntar, a un boicot a esas empresas. Porque si algo les duele a estas sociedades es que su arrogancia comercial sea despreciada.
En América Latina solo unos pocos países (Venezuela, Argentina, Bolivia y Brasil) han tendido la capacidad de hacer frente a las condiciones del neocolonialismo comercial en nuestros países; México lamentablemente no. No hemos logrado observar que lo que esta en juego no es sólo nuestro territorio y recursos nacionales, sino lo más importante: nuestra propia concepción como país. A nuestra ceguera como mexicanos se aúna la gran división de una “izquierda” que es menos izquierda aún que la europea; a una derecha que es una caricatura nacionalista frente al fascismo y al nazismo europeo y norteamericano; y cuyo anhelo más grande es reeditar la colonización de las tierras “ociosas” impulsada por los liberales mexicanos en el siglo XIX y entregar de una vez lo que queda del país al primer extranjero que se presente.
No es exagerado decir que en Europa se siembra la semilla de la siguiente guerra mundial en la que el objetivo no será eliminar a los judíos sino eliminar a todo aquel que no sea ciudadanos en las “sociedades poderosas” un pequeño club que a través de sus políticas de distinción-racistas han amasado enormes fortunas, fruto de su despiadada historia de saqueadores.
Atrás a quedado el discurso de los años 90’s sobre los derechos humanos y la libre determinación de los pueblos, estamos en otro momento de la coyuntura armamentista de los países capitalistas preparándose para una nueva face imperialista del capitalismo en el que el discurso de la globalización da paso a una despiadada conquista de mercados y al atropello de las garantías de todos aquellos que no formen parte de este club de ciudadanos libres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario